La sandia, la fruta de las sorpresas

Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición

En la actualidad, se conocen más de cincuenta variedades de sandía, que se clasifican según el color de la piel, la forma de sus frutos, el color de la pulpa y el peso. Una característica común de todas las frutas es el alto porcentaje en agua que contienen, siendo la sandía posiblemente la más rica en agua (entorno a un 95% de su peso).

 

Por ello, su aporte calórico es tan solo de 19 calorías por 100 gramos, de hidratos de carbono apenas 4,5 gramos por 100, con un nulo aporte de grasas y mínimo de proteínas 0,4 gramos por 100. Contiene un importante contenido en vitaminas A, C, E, B1 y B6, lo que junto al aporte de potasio (120 mg por 100) y fibra (0,5 gramos por 100), convierten a esta fruta en un buen alimento para las dietas en los pacientes con sobrepeso. Teniendo en cuenta que las porciones de esta fruta pueden ser mayores que las del resto, una ración de 250 ó 300 gramos aporta el 42% de las necesidades diarias de vitamina C, el 15%-20% de las de vitamina A y el 10%-15% de la vitamina B1. Su bajo contenido en sodio (4 miligramos por 100 gramos), la convierten en una fruta muy interesante en los pacientes con hipertensión arterial. Todavía nos aguarda una sorpresa en la composición de esta fruta, como es su alto contenido en licopeno (pigmento que le da el color rojo a la pulpa de la sandía). Es un compuesto fitoquímico que lucha contra los dañinos «radicales libres», moléculas que dañan y envejecen nuestro organismo. El licopeno la convierte en un alimento que puede ayudar a la prevención del cáncer de próstata y a luchar contra el envejecimiento celular.

Otra de las sorpresas es su alto contenido en citrulina, un aminoácido transformado en el organismo en arginina, un agente que dilata las arterias, siendo beneficioso para el corazón y sistema circulatorio. En resumen, aporta muy pocas calorías, unas cantidades interesantes de vitamina C, fibra, sodio y un aliado frente a los radicales libres, el licopeno.

FuenteEl Norte de Castilla. Viernes 30.06.2017