Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
La ciruela pertenece a la familia de las Rosáceas, son originarias del Anatolia (Turquía) y Persia (Irán). En función del color de su piel, las ciruelas pueden clasificarse en amarillas, rojas, negras y verdes.
Las primeras son frutas de sabor ácido y abundante jugo, las rojas son jugosas y con un sabor más dulce que las amarillas, las de piel verde se denominan Claudia y se caracterizan por su dulzor, las negras son azuladas y son mejores para cocer. En su composición nutricional, casi el 90% de su contenido es agua y con respecto al aporte calórico, este es de 200 calorías por 100 gramos, provenientes fundamentalmente de los 22 gramos por 100 de hidratos de carbono que contienen, ya que el aporte de grasa es nulo y el de proteínas muy bajo (0,6 gramos por 100). El aporte de hidratos de carbono, es interesante no solo por su cantidad sino también por el tipo. De este modo, las ciruelas contienen sorbitol, un tipo de azúcar modificado difícilmente digerible por nuestro intestino, por ello es conocido el efecto laxante de las ciruelas. Este efecto se ve favorecido por la alta cantidad de fibra que aporta (2,1 gramos por 100), así como la presencia de derivados de la hifroxifenilxantina. Por otro lado, destaca la vitamina A, más abundante en las ciruelas de color más oscuro y la vitamina E, ambas tienen acción antioxidante. No obstante, la vitamina A es también importante para nuestros epitelios y mucosas, además de para la retina, así como el funcionamiento del sistema inmunológico. En cuanto a los minerales, destaca el potasio con 240 mg por 100 y el resto de minerales es muy pequeño. En resumen, la ciruela es una fruta con alto poder antioxidante, además de presentar propiedades laxantes que puede ayudar a mejorar el tránsito intestinal en pacientes con estreñimiento.